El día que conocí a Nerea me dijo que mi pie derecho dejaría de doler(no le creí), y ya me he olvidado de que existe. Pero lo más importante es que después de años me he reconciliado con mi cuerpo porque aunque no responda a la imagen que yo tengo en la cabeza, ahora tengo un cuerpo que me permite hacer mil cosas que me gustan y que está fuerte. Muuuak!!